El mantenimiento de una temperatura constante es esencial. Una temperatura demasiado alta puede provocar la caramelizacion del producto, mientras que con una temperatura demasiado baja podría solidificar, provocando una reducción del caudal y por consiguiente una pérdida de rendimiento, que podría llegar a bloquear la bomba por completo.
Para mantener la temperatura del chocolate y evitar su solidificación en el interior de la bomba, se recomienda montar cámara de calefacción frontal y/o en el cuerpo. Podemos ofrecer calefacción por circuito hidráulico o mediante resistencia eléctrica.
En algunos casos, el chocolate puede llevar sólidos en suspensión, como almendras, avellanas, caramelo, etc. En estos casos recomendaremos montar lóbulos de cuña, para minimizar su rotura.
El chocolate es un producto abrasivo, caramelizante y sensible al cizallamiento, por lo que un bombeo agresivo podría dañar tanto el producto como los materiales en contacto con él. Por tanto, recomendaremos velocidades de trabajo lentas, siempre en función del tipo de chocolate y el sistema de sellado utilizado.
Sellado
Tendrá especial importancia garantizar un buen sellado del producto en el interior de la bomba. Para el bombeo de chocolate, ofrecemos diferentes opciones (todas según FDA y CE-1935/2004):
1. Junta de labios: opción más económica: presión de trabajo máxima 4 bar. Se recomienda solamente para chocolates muy líquidos y poco abrasivos, ya que sino la duración de las juntas puede llegar a ser muy corta.
2. Junta de labios con engrasador manual o automático: presión de trabajo máxima 4 bar.
3. Cierre mecánico con quench y engrasador manual o automático: presión de trabajo máxima 6 bar. Consiste en cierres mecánicos simples (SiC/SiC/Vitón) con retén de labio en la cámara trasera.
El engrasador es un lubricador de precisión con accionamiento electromagnético, que presuriza las cámaras de los cierres mecánicos con grasa alimentaria certificada según USDA H1. El caudal de grasa se puede regular, según la necesidad del equipo a lubricar, pudiendo tener una duración de hasta 12 meses. De esta forma, las caras de fricción de los cierres mecánicos trabajarán siempre con grasa limpia entre las caras de roce y no con chocolate, que es abrasivo y caramelizante, lo que provocaría un desgaste ràpido de las caras.
Para las opciones 2 y 3, se podrá montar un engrasador manual o automático. La opción manual funciona con baterías y deberá ser puesta en marcha y parada por el operario, mientras que la opción automática trabaja mediante alimentación externa de tensión, por lo que es posible asociar su funcionamiento al de la bomba.